El Certamen Estudiantil de Artes Visuales Bidimensionales del presente año incentivó el envió de propuestas que dialogasen con el tema: Paisaje y entorno universitarios, de manera que las personas artistas plasmaran de qué manera el paisaje universitario puede evocar reflexiones sobre el contexto ambiental que integra la arquitectura dentro de los campus universitarios y sus áreas verdes y, primordialmente, sobre la manera en que las personas estudiantes cohabitan y protagonizan diversas escenas del entorno y el conjunto de circunstancias y condiciones de las experiencias educativas. Para la edición 39 del certamen se recibieron 49 propuestas con una amplia variedad de técnicas como pintura, fotografía, bordado, dibujo, collage, impresión, técnicas mixtas, entre otras. Asimismo, se contó con la participación de estudiantes de múltiples carreras. De estas fueron seleccionadas 3 obras como ganadoras. El primer lugar corresponde a la obra Mi tanto de Julissa Santamaría Cubero, una obra que plantea una reflexión íntima por medio de la acción del bordado, la cual invita a la desaceleración, y a que el ojo atento siga con la mirada los hilos que Santamaría traza. Cada elemento del bordado es una metáfora de esos vínculos invisibles que unen a los espacios vitales de la Universidad, con las vivencias que se tejan en sincera cercanía con la memoria. Para el jurado, la obra fue seleccionada porque representa las bases del Certamen, y tiene un buen equilibrio entre la propuesta conceptual y la técnica. Además, la argumentación de la artista evidencia un abordaje honesto y coherente, en el cual los materiales utilizados y su justificación, reflejan el espíritu universitario, postulando la acción del bordado como una práctica artística y al mismo tiempo un espacio de la memoria. El segundo lugar corresponde a la obra Progresión natural, de Liam Augusto Lenzarini Mendoza, una ilustración digital que replantea, mediante una aguda observación de la arquitectura de la UCR, cómo el espacio se transforma en consonancia con la vida de cada estudiante. Cada elemento de la obra está argumentado en torno a la noción del cambio y el crecimiento personal. Para el jurado, la obra fue seleccionada ya que a partir de la voz del artista se expresan los valores universales de la Universidad de Costa Rica, como son la creación de comunidad, la movilidad social, la perseverancia y el deseo de servir a la sociedad. Además, la justificación del artista registra la experimentación técnica que realizó en su propuesta, lo cual evoca los valores de la creatividad y la interdisciplinariedad en la formación universitaria. Finalmente, en el tercer lugar, se seleccionó la obra Divergencias armónicas de Angie Bordas Fernández. La artista plantea un collage digital, edición fotográfica e impresión sobre papel reciclado. Para el jurado, en esta obra, la artista hace una descripción técnica y experimental en su propuesta que subraya el compromiso de la Universidad de Costa Rica de ser un espacio sostenible mediante la ocupación de territorios en armonía con el medio ambiente. Lo anterior lo hace utilizando el material y el color como elementos coherentes con su discurso. Las tres obras seleccionadas tienen en común un arraigado sentido de pertenencia e identificación con los valores universitarios y manifiestan, un uso creativo de los recursos técnicos, visuales y conceptuales, que trasciende imágenes comunes de los entornos universitarios. Por medio de la investigación, la interdisciplinariedad, la experimentación técnica y la conceptualización coherente con estas premisas, las obras nos muestran lecturas e interpretaciones sinceras y consistentes del paisaje y entorno universitarios. Nos complace invitar a la comunidad universitaria a ver las obras ganadoras y replantearse desde estos postulados los paisajes de nuestra Alma Mater. Dra. Sofía Vindas Solano, investigadora del Instituto de Investigaciones en Arte Mag. Andrés Badilla Agüero Director del Museo Regional de San Ramón

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