El trabajo de mi abuela paterna, la artista visual costarricense Luisa González Feo (1900-1982) es vasto. Así lo evidencia la selección de imágenes que pueden ser consultadas en la plataforma del Repositorio Centroamericano de Patrimonio Cultural, cuya gran mayoría forma parte del acervo de la familia Sáenz Shelby a la cual pertenezco. El hecho de tener acceso a una selección de documentos personales, fotografías e imágenes de la labor artística de Luisa en esta plataforma, posibilita un acercamiento al trabajo de esta artista, abriendo una ventana de oportunidades para conocer, releer y analizar su obra desde una perspectiva contemporánea. Es así como la familia Sáenz Shelby pone a disposición de la comunidad universitaria y del público en general esta colección de imágenes y documentos de archivo. Un agradecimiento muy especial a Sofía Vindas Solano por la invitación a compartir este acervo y al Instituto de Investigaciones en Artes de la Universidad de Costa Rica por este espacio, el que ofrece la posibilidad de sumergirse en el universo visual de Luisa González Feo.

Para situar a esta artista en su contexto, evoco sus palabras cuando me decía que estar ante la inconmensurabilidad de la naturaleza es una experiencia mística y espiritual, y nuestra existencia se fundamenta en un sentido de unión esencial con esta.

Luisa González Feo nació el 14 de febrero de 1899. Era hija de Eloy González Frías nacido en Tenerife, y de la también española María Luisa Feo Pacheco, quien murió de parto al nacer mi abuela. Me contaba ella que desde niña, su padre le decía que no celebrara su cumpleaños porque era el mismo día del aniversario de muerte de su madre. A pesar de tan severo mandato, Luisa logró sobreponerse y dejarse guiar por su rebeldía innata, y en varias ocasiones yo misma celebré junto a ella su cumpleaños cada 14 de febrero. Mi abuela se casó con Adolfo Sáenz González y tuvieron dos hijos: Flora y Guido. Mis abuelos hacían una buena dupla en la que el oficio artístico era parte integral de la vida familiar. Era el ambiente que predominaba en la casa. Mi abuela decía que mi abuelo era su socio. Ambos eran miembros del Círculo de Amigos del Arte: ella como pintora y dibujante y él como tallista y grabador. El apoyo de mi abuelo a Luisa fue constante en todos sus proyectos, pero sobre todo, en su trabajo de vitrales. Al tener una ladrillera con hornos, él era quien cortaba las piezas de vidrios de colores, ella las pintaba con ocres haciendo lo que se conoce como grisalla, y luego él las horneaba para fijar la pintura al vidrio. Finalmente, mi abuelo bordeaba los vidrios con tiras de plomo para completar el proceso y finalizar la pieza.

Mi abuela, o Luisita como le decían sus amigos, artistas y conocidos, era la única mujer del grupo de la llamada Nueva Sensibilidad o generación de los años treinta. Entre su círculo de colegas artistas, compuesto también casi exclusivamente por hombres, muchos de ellos autodidactas como ella, estaban Quico Quirós, Carlos Salazar, Max Jiménez, Francisco Zúñiga, Manuel de la Cruz González, Francisco Amighetti, Fausto Pacheco y Juan Manuel Sánchez. Todos ellos exhibían sus trabajos en las conocidas exposiciones organizadas por el Círculo de Amigos del Arte y el Diario de Costa Rica en el Foyer del Teatro Nacional. Fue en 1936, que mi abuela ganó el Primer Premio de este evento por su retrato de María Cristina Goicoechea y por ello le otorgaron la Medalla de Oro tallada por el virtuoso orfebre francés Louis Ferón. No sé si por ser mujer o por su particular estilo pictórico y sensibilidad, la premiación levantó una intensa polémica en el periódico entre Francisco Amighetti y Abelardo Bonilla. Poco tiempo después, Amighetti visitaría a mi abuela en su casa para disculparse sentidamente con ella. Siguieron siendo amigos hasta la muerte de ella en 1982.

Aunque admirada y respetada en su tiempo, mi abuela ha sido poco reconocida y valorada en su justa dimensión. Desconozco las razones y no puedo especular, pero puedo creer que tiene que ver con el hecho de que ella era mujer, y su indagación plástica y conceptual era muy distinta a las de sus contemporáneos masculinos. Esta diferencia en la sensibilidad de lo que observaba y plasmaba se evidencia al contraponer las distintas facetas de su trabajo con la de sus contemporáneos, cada uno de ellos con sus propios estilos pero con temáticas comunes como la casa de adobes y el paisaje. Luisa también incursionó en estos temas, pero lo hizo de manera distintiva. En sus apreciaciones y propuestas hay algo un tanto subversivo, tal y como evidencian sus versiones de las casas de adobes pintadas sin ventanas y sin vegetación alrededor; o sus tugurios de montaña en paisajes poblados por cuervos, y rodeados de pastizales amarillentos en lugar de vegetación frondosa y ambiente soleado.

Su impronta artística, la continua presencia de artistas e intelectuales en su casa, su gusto por la música clásica, su sensibilidad filosófica, su misticismo y su legado a la familia, ha trascendido en el tiempo e impactado a las siguientes generaciones.

Contemplar sus obras es sumergirse en la vida propia de la artista como mujer, ante su soledad como reflejo inquietante del ser humano que se siente absolutamente solo delante de la naturaleza. La recreación de paisajes conmovedores, irreales por la niebla o por las formaciones inquietantes de las nubes y el cielo, por su vastedad infinita dan precisamente el resultado que la artista quiere comunicar: llegar tan cerca del misterio que existe entre el ser humano y la naturaleza pero nunca develar su más profundo secreto. También es adentrarse en las formas de insubordinación de la artista, algunas un tanto veladas y no tan conscientes, sino inherentes a su visión del mundo, la que emana en sus pinturas y dibujos. Definitivamente, esta visión de mundo de Luisa no era común.

Sus paisajes “silenciosos”, a veces inquietantes, promueven la sensibilización visual del mundo natural creando una correspondencia entre la naturaleza y la mente; sugieren una pasión por lo equívoco, lo indeterminado, lo oscuro y lo lejano. Objetos y figuras envueltos por la niebla, montañas fundiéndose con nubes, el mar uniéndose con el cielo en el horizonte, la luna iluminando la vastedad del mar o el recogimiento de los bosques; una valorización de la noche sobre el día; un misticismo nebuloso pero omnipresente. Entre otras maneras, así era mi abuela.

Gabriela Sáenz Shelby, San José, Costa Rica

Colecciones en esta comunidad

  • Agenda de bocetos I [14]

    Agenda de color gris que pertenecía a la artista Luisa González Feo, en ella se encuentran diversos bocetos realizados por la artista.
  • Agenda de bocetos II [96]

    Agenda de color roja que pertenecía a la artista Luisa González Feo, en ella se encuentran diversos bocetos y grabados realizados por la artista.
  • Agenda Luisa González Feo [48]

    Agenda que pertenecía a la artista Luisa González Feo, en ella se encuentran diversos textos escritos a mano y una serie de firmas de varias personas, así como unas fotografías personales de la artista.
  • Documentación [33]

    Variedad de documentos que mencionan a la artista Luisa González Feo o a miembros de su familia
  • Fotografías [780]

    Colección de fotografías personales y familiares de la artista Luisa González, entre estas hay fotografías de viajes, retratos, de miembros de su familia, de su hogar y de su vida cotidiana. Estas fotografías fueron ...
  • Fotografías de obras [86]

    Colección de fotografías retratando obras de la artista en blanco y negro
  • Obras [42]

    Obras de la artista Luisa González Feo, se compone de las obras de la artista, elaborados en óleo, gouache, tinta y mixta.
  • Obras en papel [323]

    Obras de la artista Luisa González Feo, se compone por diversos bocetos y obras de la artista, elaborados en acuarela, grafito, tinta y gouache.
  • Álbum de bocetos [555]

    Amplia colección de bocetos con múltiples temáticas realizados por la artista a lo largo de varios años.
  • Álbum de recortes [212]

    Álbum que pertenecía a la artista Luisa González Feo, en él se encuentran diversos recortes de periódicos, revistas, dibujos, y folletos que fueron recopilados por la artista, así mismo se encuentran algunas fotografías.

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